Se entregaron medicamentos financiados por el Fondo Mundial a un país receptor para su distribución gratuita a los pacientes de malaria a través de hospitales públicos y centros de salud. Al llegar al país, los medicamentos antimaláricos fueron transportados a un depósito del Gobierno y almacenados como paso previo a su distribución a hospitales y centros de salud.

Algunos de los medicamentos antimaláricos que se almacenaron en el depósito fueron robados y desviados al mercado negro del país así como a otros países para su venta, a pesar de llevar inscrita la advertencia “No destinado a la venta al por menor” en el envase.

Los pacientes de malaria que acuden a los centros públicos de salud para obtener los medicamentos de forma gratuita a los que tenían derecho no fueron atendidos porque no quedaba ningún medicamento. Estos desabastecimientos se debían al robo y el desvío de medicamentos. A los pacientes se les dijo que tendrían que comprar los medicamentos en una farmacia privada o en el mercado. Los pacientes que no podían permitirse comprar los medicamentos robados en el mercado tuvieron que marcharse sin recibir el tratamiento prescrito. Los pocos que podían permitirse comprar los medicamentos en una farmacia o en el mercado, compraron los mismos medicamentos que deberían haber recibido gratis. Estos pacientes también corrieron el riesgo de comprar un producto de calidad deficiente debido a la falta de controles de calidad relativos al trasporte y las condiciones de almacenamiento. En algunos casos, los pacientes compraron involuntariamente medicamentos falsificados que no tenían ningún efecto positivo. Los medicamentos desviados adquiridos en el mercado llevaban la advertencia “No destinado a la venta al por menor” en el envase.

Después de recibir el informe inicial de la Secretaría, la Oficina del Inspector General encargó que se llevase a cabo un estudio de mercado de las farmacias y otros posibles vendedores de medicamentos antimaláricos en el país con el fin de determinar la escala del robo y el desvío de los medicamentos antimaláricos que inicialmente habían sido entregados al Gobierno. Además, se llevó a cabo un inventario de existencias en el depósito del Gobierno y se comprobó la distribución de medicamentos desde el depósito con el recibo de medicamentos en poder de los centros públicos de salud. Se mejoraron las medidas de seguridad en el depósito y se reforzaron los controles internos, incluido el mantenimiento de los registros de gestión. También se introdujeron controles aleatorios en el depósito.